viernes, 18 de julio de 2025

Contra la eutanasia y el suicidio asistido (XVa)

Los defensores de la eutanasia provocan el adelanto de la muerte de los enfermos. Es difícil que esa actitud no corrompa también la ética de los trasplantes. 

Cuestión: Plano inclinado que acaba en el consecuencialismo. En una convención médica organizada en diciembre de 2010 por la Real Academia Belga de Medicina, tres médicos de tres hospitales universitarios explicaron que un 20% de las 705 personas a las que oficialmente se les aplicó la eutanasia en el país padecían desórdenes neuromusculares, pero sus órganos eran de una calidad relativamente alta, buena para el trasplante. ¿Puede tener la legalización de la eutanasia otro tipo de motivaciones? 

Respuesta del Prof. Herranz: “Es un asunto que debería provocar una preocupación muy profunda. ¿Por qué?, porque la demanda de órganos para trasplante está alcanzando niveles muy fuertes. La sociedad ha aceptado el mensaje alentador de que es posible salvar, o prolongar, la vida de mucha gente, pero que para eso hacen falta muchísimos órganos. 

La criminalidad que puede haber en este campo, como señaló la Declaración de Estambul sobre el tráfico y comercialización de órganos (2008), deja todavía muchas bolsas de abuso en el mundo, como China o la India, donde se practica el turismo del trasplante. Se supone que en los países avanzados eso es un delito perseguido, pero se están buscando fórmulas marginales de burlar la ley siguiendo conductas delictivas. 

Hay que reconocer, por otra parte, que los requisitos de los primeros años de la legislación y de la normativa profesional sobre el trasplante, que trataban de obtener órganos de alta calidad, de personas jóvenes, sin riesgos para los receptores, no tienen vigencia ya, y prácticamente se han olvidado. Hoy los requisitos de calidad se han rebajado: prácticamente no hay límite a la edad del donante y se aceptan órganos tolerablemente alterados. Podría decirse que, en el momento presente, el requisito fuerte para la donación es la voluntariedad del donante. Pero en muchos países la legislación subraya tan fuertemente la autonomía del donante, incluso post-mortem, que no es posible la presunción de donación.” Al servicio del enfermo. Conversaciones con el Dr. Gonzalo Herranz. José María Pardo. Ed EUNSA, 2015, 140-141. 


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