viernes, 19 de septiembre de 2025

Obstinación médica (Los límites de la actuación médica) (III)

Todo el mundo espera que en el límite de la lucha contra la enfermedad los cuidados paliativos tengan su lugar.    

Cuestión: Hace unos días recibí un e-mail de un médico que trabaja en el Área de Cuidados Intermedios de un gran complejo hospitalario. Le transcribo parte del mismo: "Me gustaría contactar con usted para pedirle un favor (...): trabajo en un área en la que atendemos a pacientes graves, y en la que con cierta frecuencia nos enfrentamos a la decisión de iniciar medidas más o menos agresivas a pacientes de mal pronóstico. Pese a que esta decisión va en el oficio, no siempre es fácil; además, de vez en cuando generamos intranquilidad moral a terceros (fundamentalmente enfermería). 

Respuesta del Prof. Herranz: “Desahuciar a un paciente, es decir, establecer el diagnóstico firme de incurabilidad, sentar el pronóstico de una muerte ya próxima, es probablemente uno de los actos médicos de mayor seriedad. 

El pronóstico es, en general, un arte muy difícil, que a la Medicina científica se le ha quedado muy por detrás de sus logros diagnósticos y terapéuticos. Pero la ciencia del pronóstico está creciendo de modo muy notable. Se están desarrollando nuevos criterios para calcular el pronóstico clínico, se han definido indicadores muy fiables para evaluar el deterioro de la función orgánica y las marcas de su progreso en la fase terminal de numerosas enfermedades. 

En particular, vamos disponiendo en la actualidad de medios adecuados para evaluar objetivamente la utilidad o la inutilidad de las intervenciones médicas que tratan de resolver situaciones críticas. Aunque no somos infalibles, cada vez los médicos podremos ser más fiables al utilizar racionalmente, objetivamente, los conocimientos que ya tenemos. Eso supone un avance en la atención del paciente, de su vida y su dignidad, en la fase terminal de la existencia. 

Pienso que hay una idea universalmente aceptada de que llega un momento en el que, ante el paciente desahuciado, el médico ha de renunciar a la pretensión de curar, pues ya no es posible. Me gustaría añadir que hay mucha vanidad, mucha vacuidad, en la idea de que, ante la muerte, la Medicina nunca se ha de dar por vencida. Esa es la idea nuclear de la llamada Medicina "heroica". La pugna irracional por prolongar la vida es tan detestable como atentar contra ella. Volvemos a las Coplas de Jorge Manrique: `querer hombre vivir, cuando Dios quiere que muera, es locura´.”  En “Al Servicio del enfermo. Conversaciones con el Dr. Gonzalo Herranz”, José María Pardo, Ed EUNSA


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