viernes, 13 de octubre de 2023

El embrión humano, sujeto de investigación (IX)

Al médico, y al investigador, cuando actúan sobre seres humanos, no le cabe otra actitud que el respeto por toda vida humana. Sin embargo, si dan cabida a considerar que alguna vida humana podría sacrificarse en utilidad a otras muchas, esa conducta sólo puede calificarse de repudiable indignidad. Cualquier embrión humano, cualquier vida humana, es siempre intangible.   

Con notable claridad lo expresa el Prof Herranz:

“Cuando alguien usa un embrión humano para experimentación destructiva no puede eludir el hecho de que sacrifica a un ser humano, aunque embrionario, para obtener una información que le interesa. El interés puede nacer, lo admito, de un deseo nobilísimo y altruista de resolver un problema que perturba la felicidad de muchos matrimonios o de obtener información científica de máximo interés. Cuando uno antepone su deseo de investigar al deber de respetar la vida humana de los embriones, tiene que justificar éticamente su conducta, y para ello puede elegir uno de dos caminos:

a) Declarar que un embrión humano es simplemente una masa celular, un complejo molecular. También nosotros lo somos. Pero sabemos que no es el embrión in vitro un simple cultivo celular, sino un organismo completo, que es ya humano desde el principio, que tiene connatalmente tanta dignidad humana como los otros miembros de la familia humana. La dignidad humana es de todos, no depende del lugar de residencia. Se posee por el hecho de ser un ser humano, no porque se me conceda por los guardianes de la sociedad. Si por alguna razón accidental se me puede negar el título de ser humano algo grave está sucediendo, pues parece que regresamos a una sociedad de amos y esclavos, ya no somos una familia de hombres libres.

b) declarar que la obtención de ciertos datos científicos bien vale el sacrificio de un número -decenas, centenares- de seres humanos embrionarios. Quien piense así se clasifica a sí mismo como un utilitarista racional, pues mide el tono ético de su acción por el beneficio obtenido: tener cierto tipo de información es mejor que carecer de ella, sea cual fuere su costo en vidas humanas. Este es el modo de pensar de los médicos que usan los seres humanos en la experimentación irrespetuosa o en la experimentación destructiva.” Gonzalo Herranz, “El embrión humano, sujeto de investigación”. Conferencia en el Centro Culturale Don Minzoni, Cagliari, 11 de marzo de 1988. 


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