martes, 31 de diciembre de 2024

Reproducción humana artificial (10)

La medicina que alcanza éxitos biológicos a costa de infligir maltrato del hombre, e incluso su exterminio, como la fecundación in vitro y la eutanasia, se disfraza de los mismos sentimientos que usurpa a la mejor ciencia veterinaria.

El Prof. Herranz lo puntualiza:

Cuestión: Volvamos al tema de los embriones excedentes de las técnicas de reproducción humana asistida. Lo ideal es que desapareciera la fivet y no se produjeran embriones en el laboratorio. Pero siendo realista, este deseo no se cumplirá. ¿Por qué las clínicas de reproducción humana artificial no generan solo los embriones que van a implantar en el útero materno? 

Respuesta: “La producción excesiva de embriones tiene por objeto el cubrirse las espaldas ante posibles pérdidas, reducir al mínimo las molestias de las mujeres que se someten a los ciclos de reproducción asistida y, naturalmente, poseer material abundante donde escoger. Se producen muchos, para tener algunos de alta calidad. Eso hace que haya muchos embriones sobrantes, y que su destino sea sumamente desgraciado. 

La producción deliberadamente excesiva de embriones ha sido causa de algunas derivaciones nefastas, que muestran la dureza de corazón de la Medicina reproductiva. 

Por un lado, la acumulación incontenida de embriones sobrantes, que se preservan congelados. Eso convierte a esos seres humanos no sólo en números (eso respetaría en cierto modo su individualidad: cada uno es contado, aunque, en realidad, ya no cuente), sino en masa, en una masa amorfa, trágica, que, por no tener voz, es incapaz de rebelarse. Se les despoja de individualidad, pues en el plazo que marca la ley son abandonados a la muerte. 

Por otro lado, la producción deliberada de embriones, seguida de la transferencia de varios de ellos al útero, ha sido causa de gestaciones de alta gemelaridad, a las que se aplica la reducción embrionaria. Creo que se practica ahí una de las formas más frías de discriminación. A uno o dos, y por criterios altamente debatibles (su apariencia ecográfica, su sexo, su situación dentro del útero, por cualquier detalle) se les permite sobrevivir y desarrollarse. A los demás, se les provoca la muerte. A unos se les deja ir adelante, a otros, igualmente inocentes, igualmente prometedores, se les anula.” (En “Al servicio del enfermo. Conversaciones con el Dr. Gonzalo Herranz. José María Pardo. Ed EUNSA)


viernes, 13 de diciembre de 2024

sábado, 7 de diciembre de 2024

Reproducción humana artificial (9)

Cuando la técnica es la que decide lo que es correcto hacer, como en el caso de la fecundación in vitro, la dignidad del ser humano se iguala al animal.

La respuesta del Prof Herranz:  

Cuestión: Los procedimientos de procreación humana artificial, desde el punto de vista ético, son contrarios a la dignidad de las personas. En primer lugar, la de los esposos, que en este proceso de reproducción solo tienen el papel de productores de material: óvulos y espermatozoides. En segundo la del nuevo concebido, al que se priva del derecho de ser engendrado en el acto amoroso y fecundo de donación interpersonal de sus padres; y al que se le considera un objeto de propiedad, admitiéndose la posibilidad de seleccionarlo, rechazarlo y destruirlo si padece alguna malformación o no consigue satisfacer las expectativas de sus progenitores. Y, por último, la del personal médico-técnico, por arrogarse una función —ser dueños de la vida— que no les corresponde. 

Respuesta: “La historia de la fivet es, en este sentido, reveladora. Empezó aplicando a la reproducción las técnicas que ya estaban vigentes en la reproducción animal, sobre todo en la reproducción ganadera. Pero se descuidó desde el principio lo peculiar de la ética, la humanidad: lo que debería distinguir la reproducción veterinaria de la humana no tendría que ser la técnica -que, a pesar de ciertas diferencias, son muy similares-, sino la ética. 

No se quiso tener presente, a pesar de todos los movimientos de reivindicación de los derechos de los animales, que hay una distancia insalvable, categórica, entre el respeto debido al animal y el que se debe al embrión humano in vitro.

En reproducción asistida, se ha desdibujado la idea de que hay un inmenso desnivel ético entre el embrión humano y el embrión animal, entre un ser humano vivo y un ser animal vivo. El reduccionismo técnico ha hecho borrar estas diferencias.” (En “Al servicio del enfermo. Conversaciones con el Dr. Gonzalo Herranz. José María Pardo. Ed EUNSA, 2015, 90-91)