jueves, 30 de junio de 2022

Píldoras contraceptivas y otros abortivos (VII)


Las palabras cuando se vacían de contenido y se desfiguran bajo el poder de intereses particulares se convierten en las armas más letales, camuflando su acción devastadora y exterminadora como justificación y logro social. La historia del aborto constituye quizás el mejor ejemplo. La indiferencia con la que se contemplan y aceptan esas aberraciones es un arma tanto o más peligrosa.   

Las palabras, por otra parte, del Prof Herranz no pueden ser más explícitas:

La confusión deliberada de la terminología es instrumento de manipulación psicológica y moralLa aceptación en amplios sectores de la sociedad moderna del aborto como algo sociológica y éticamente normal fue hecha posible, en primer lugar, gracias a la amplia difusión que en esa misma sociedad había alcanzado la contracepción. Ésta introduce profundamente en la gente el convencimiento práctico de que los hijos se pueden programar de que, de hecho, se los puede tener en el número y momento deseados. 

El control de los nacimientos trae consigo la libertad reproductiva: los embarazos, los hijos, son clasificados en deseados y no deseados. Progresivamente, el aborto se va instaurando en la sociedad como el procedimiento final, sino único, de control de la fertilidad.

Pero esa aceptación no hubiera sido nunca tan rápida y tan extensa si no hubiera echado mano de la manipulación del lenguaje. La sustitución de la tradición de respeto a la vida -patrimonio de muchas culturas, en especial de la cristiana, y también de la ética hipocrática de la Medicina- por la nueva mentalidad utilitarista ha sido posible gracias a la ofuscación de las mentes, gracias al juego prestidigitador con las palabras. 

Al lado de la adulteración taimada de las definiciones, de las que hemos visto hace un momento unos ejemplos, en la mutación de las actitudes morales, ha jugado un papel decisivo la creación de neologismos acolchados, de apariencia suave pero de núcleo duro y destructor. 

Gracias al nuevo lenguaje, las nuevas actitudes y conductas, que hasta entonces habían sido tenidas por comportamientos repugnantes o inmorales, empezaron a revestirse de una apariencia de dignidad, y han terminado por imponerse como normas de buena ética civil. 

Hemos visto como la redefinición de concepción y gestación por parte del ACOG (The American College of Obstetricians and Gynecologists) y de la FIGO (Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia) ha sido suficiente para desplazar a un limbo de penumbra o de oscuridad moral al embrión preimplantado.

Pero conviene conocer con algún detalle el papel de la terminología trucada en la implantación social del aborto: su difusión mediante la tecnología publicitaria, el uso de fórmulas persuasivas, de sintagmas que dignifican el aborto, de expresiones que manchan a los que se oponen a él...” Gonzalo Herranz, conferencia “La píldora RU-486 y otros abortivos: ¿El control natal del futuro?”, en el Congreso Internacional por la Vida y la Familia. Santiago de Chile, 20 de agosto de 1994.

sábado, 25 de junio de 2022

Tribunal Supremo EE UU y Declaración Obispos 24 junio 2022

Este es un día histórico en la vida de nuestro país, que conmueve nues-tros pensamientos, emociones y oraciones. Durante casi cincuenta años, Estados Unidos ha impuesto una ley injusta permitiendo que algunos de-cidan si otros pueden vivir o morir; esta política ha resultado en la muer-te de decenas de millones de niños no nacidos, generaciones a las que se les negó el derecho incluso a nacer.

Estados Unidos se fundó sobre la verdad de que todos los hombres y mu-jeres son creados iguales, con derechos otorgados por Dios a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Esta verdad fue gravemente nega-da por la Corte Suprema de los EE.UU. con la sentencia Roe v. Wade, que legalizó y normalizó la eliminación de vidas humanas inocentes. Damos gracias a Dios hoy porque la Corte ahora ha anulado esa decisión. Reza-mos para que nuestros funcionarios electos promulguen ahora leyes y políticas que promuevan y protejan a los más vulnerables entre nosotros.

Nuestros primeros pensamientos están con los niños cuyas vidas han sido arrebatadas desde 1973. Lamentamos su pérdida y encomendamos sus almas a Dios, que los amó desde antes de todas las edades y los amará por toda la eternidad. Nuestros corazones también están con cada mujer y hombre que ha sufrido gravemente por el aborto; rezamos por su cura-ción y prometemos nuestra compasión y apoyo continuos. Como Iglesia, debemos servir a quienes enfrentan embarazos difíciles y rodearlos de amor.

La decisión de hoy también es el fruto de las oraciones, los sacrificios y la defensa de innumerables estadounidenses corrientes de todos los ámbi-tos de la vida. Durante estos largos años, millones de nuestros conciuda-danos han trabajado juntos pacíficamente para educar y persuadir a sus vecinos sobre la injusticia del aborto, para ofrecer atención y asesora-miento a las mujeres y para trabajar por alternativas al aborto, incluida la adopción, el cuidado de crianza temporal y la atención pública, con po-líticas que verdaderamente apoyen a las familias. Compartimos hoy su alegría y les estamos agradecidos. Su trabajo por la causa de la vida re-fleja todo lo que es bueno en nuestra democracia, y el movimiento pro-vida merece ser contado entre los grandes movimientos para el cambio social y los derechos civiles en la historia de nuestra nación.

Ahora es el momento de comenzar el trabajo de construir una América post-Roe. Es un tiempo para sanar heridas y reparar divisiones sociales; es un tiempo para la reflexión razonada y el diálogo civil, y unirnos para construir una sociedad y una economía que sostenga el matrimonio y la familia, y donde cada mujer tenga el apoyo y los recursos que necesita para traer a su hijo a este mundo con amor.

Como líderes religiosos, nos comprometemos a continuar nuestro servicio al gran plan de amor de Dios para la persona humana y a trabajar con nuestros conciudadanos para cumplir la promesa de Estados Unidos de garantizar el derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad para todas las personas.


jueves, 23 de junio de 2022

Píldoras contraceptivas y otros abortivos (VI)


La ciencia no establece un momento evolutivo del embrión humano al partir del cual adquiera, de forma solemne, la condición de criatura humana. La genética es clara y determinante para definir quién pertenece a la raza humana y quién no. Si al embrión no se le considera ser humano en crecimiento es porque su vida cae bajo el espejismo de intereses mezquinos que, además, se reproducen en el vivero insalubre de la indiferencia social.

A ese respecto, es significativa la aportación del Prof Herranz:  

“Se ha ganado en efectividad farmacológica y en seguridad para la mujer a cambio de un elevado costo ético.

Nada revela mejor la estrecha relación entre contracepción y aborto como los estudios sobre las potencialidades contraceptivas y abortivas del compuesto RU 486, también llamado mifepristona.

La mifepristona, es puente molecular entre contracepción y aborto. Es curioso, la mifepristona es un agente farmacológico que, según el modo y el momento en que sea administrado, puede actuar unas veces como contraceptivo, otras como antinidatorio y otras, finalmente, como abortivo.

Con las antiprogestinas, y en concreto con la mifepristona, se completa a nivel molecular el continuo contracepción-aborto.

Es, en primer lugar, el abortivo más intensamente estudiado. Cuando la mifepristona se administra sola no es muy eficaz, pues provoca el aborto solo entre el 64 y el 85 por ciento de las mujeres con embarazos de siete semanas o menos. Además, en el 10 al 30 por ciento de los casos, el aborto inducido es incompleto y debe terminarse con evacuación quirúrgica. 

Pero combinada con ciertas prostaglandinas, la mifepristona es capaz de inducir el aborto en el 92,7 al 99 por ciento de embarazos de siete semanas o menos. 

Estas elevadas tasas de eficacia abortiva se han alcanzado después de mucha investigación en busca del modo más eficaz de combinar mifepristona con prostaglandinas. 

Los efectos secundarios del tratamiento son, a veces, muy intensos, y debidos en su mayor parte a la prostaglandina. 

Los partidarios del aborto farmacológico observan con satisfacción que, poco a poco, van ganando terreno a sus rivales del aborto quirúrgico, y eso a pesar de los inconvenientes del procedimiento, pues a sus efectos colaterales hay que añadir el mínimo de cuatro visitas que, antes y después del aborto, la mujer ha de hacer necesariamente al médico. 

Según un trabajo publicado, el 88 por ciento de las mujeres que se habían sometido a un aborto farmacológico respondieron afirmativamente a la pregunta de si volverían a escoger ese método con preferencia al quirúrgico si tuvieran que someterse de nuevo a un aborto”. Gonzalo Herranz, conferencia “La píldora RU-486 y otros abortivos: ¿El control natal del futuro?”, en el Congreso Internacional por la Vida y la Familia. Santiago de Chile, 20 de agosto de 1994.

jueves, 16 de junio de 2022

Píldoras contraceptivas y otros abortivos (V)

Es evidente que los promotores de los contraceptivos, especialmente los hormonales, persiguen la infertilidad también a través de la eliminación que pueden ocasionar de embriones humanos, es decir, de vidas humanas. La indiferencia social cubre y facilita esa actuación.

La exposición del Prof Gonzalo Herranz no deja dudas:    

Así, pues, desde el comienzo, contracepción y aborto se han tenido como mutuamente complementarios, han progresado hacia una simbiosis cada vez más plena, se han integrado en una unidad.

Veamos un ejemplo de cómo no existen barreras conceptuales entre contracepción y aborto … Las autoridades sanitarias de algunas ciudades de los Estados Unidos, tras el fracaso del preservativo en la reducción de la alta tasa de gestación entre las escolares, decidieron promover la difusión, a través de los consultorios médicos de las escuelas, del Norplant. Se trata de una progestina de efecto prolongado, que, en forma de cápsulas, se implanta bajo la piel, y que, al liberar pequeñas cantidades del producto activo, ejerce un efecto contraceptivo. El Norplant interfiere con la fertilidad mediante varios efectos, entre los que se incluye el bloqueo de la implantación del huevo fecundado.

Por decirlo de un modo suave, el Norplant es un contraceptivo 'duro', no sólo por la larga duración de su efecto, sino porque éste incluye un componente antinidatorio, esto es, abortifaciente. El que las autoridades sanitarias hayan recurrido a él es, por un lado, prueba de que la campaña de difusión del preservativo ha fracasado. Pero, por otro, indica claramente que para esas autoridades carece de relevancia práctica la distinción ética entre los métodos que impiden la fecundación, como son el preservativo y los otros métodos de barrera, y los métodos que provocan el rechazo del embrión joven. 

Es doloroso que la conciencia de muchas autoridades sanitarias se haya endurecido hasta el punto de no distinguir entre unos procedimientos y otros. Y lo es también que consideren a los jóvenes refractarios a todo mensaje moral. Se limitan a ofrecerles, como tantas veces sucede en la sociedad pragmática en que vivimos, un producto químico como sucedáneo de la virtud, del esfuerzo moral.

Esa misma pulsión pragmática es la que ha presidido la evolución de la contracepción oral. Buscando la minimización de los efectos secundarios, se ha producido con el paso del tiempo una escalada de 'dureza' en el mecanismo de acción de los contraceptivos. De los anovulatorios iniciales y de los métodos de barrera, el centro de gravedad en la práctica presente y en la investigación para el futuro se ha se ha trasladado a los antinidatorios y abortivos precoces. 

En general, los contraceptivos orales actúan a través de múltiples mecanismos de acción; pero ninguno de ellos está libre de un efecto antinidatorio: poco importante cuantitativamente, pero éticamente significativo, en los que combinan estrógenos y progestínicos; muy importante en otros, en especial en el caso de la 'minipíldora' y en los progestínicos de acción prolongada, que ejercen una acción predominantemente antinidatoria. “Gonzalo Herranz, conferencia “La píldora RU-486 y otros abortivos: ¿El control natal del futuro?”, en el Congreso Internacional por la Vida y la Familia. Santiago de Chile, 20 de agosto de 1994.


jueves, 9 de junio de 2022

Píldoras contraceptivas y otros abortivos (IV)

Seguimos considerando al Prof Gonzalo Herranz 

“Proponer y difundir esta doctrina, (la doctrina oficial, de que el decisivo tiempo biológico que transcurre entre la fecundación y la anidación carece de interés para la embriología clínica, para la fisiología o la farmacología de la reproducción) es a ojos vistas una actitud acientífica, manipulativa, pues no se basa en la observación de los hechos, sino en su supresión parcial, caprichosa y voluntarista. 

Al redefinir lo que es concepción y gestación, se crea una ventana de irresponsabilidad moral: la destrucción del embrión preimplantatorio no se puede llamar aborto, ni se pueden calificar de abortifacientes los agentes que los matan o que hacen imposible la anidación del embrión preimplantado. Pero la realidad está ahí clara e innegable: muchos agentes contraceptivos actúan a través de la destrucción de seres humanos en los días de su existencia flotante que van de la fecundación a la anidación.

Pero no ha sido necesario esperar al desarrollo de los contraceptivos de acción abortiva para comprender el continuo que forman contracepción y aborto. 

Hace ya bastantes años, cuando las leyes de aborto estaban dando sus primeros pasos en los países avanzados, Emily Campbell escribía en el International Inventory of Information on Induced Abortion: Aborto y contracepción deben ser considerados conceptualmente como elementos complementarios, aplicados en un sistema total de planificación de nacimientos y de control de la fertilidad. Se describe a menudo el aborto como el modo de control de nacimientos usado con mayor frecuencia y posiblemente también como el procedimiento mediante el cual se ha impedido el mayor número de nacimientos. Y es cierto: el aborto provocado ha jugado un papel más prominente que la contracepción en la caída de la fertilidad que ha experimentado el mundo occidental desarrollado.” Gonzalo Herranz, conferencia “La píldora RU-486 y otros abortivos: ¿El control natal del futuro?”, en el Congreso Internacional por la Vida y la Familia. Santiago de Chile, 20 de agosto de 1994.



viernes, 3 de junio de 2022

Píldoras contraceptivas y otros abortivos (III)

Cuando por interés ajeno a la ciencia se tergiversan el significado de las palabras en biología de la reproducción y, por ejemplo, el inicio de la concepción se coloca no en el estadio de la fecundación tras la unión de los gametos, sino que, sin base científica, se considera que la concepción se inicia con la anidación pasados ya unos diez días tras la fecundación, se da lugar a una confusión gravemente culpable que acepta como indiferente la pérdida de embriones humanos que pasan a ser tenidos como inexistentes de forma imaginaria y falsa.  

La claridad del Prof Herranz es muy significativa: 

“(El concepto de definición de la concepción) … fue objeto de estudio en septiembre de 1985, en una reunión de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) en Berlín Occidental.

En tal ocasión, el Comité de Aspectos Médicos de la Reproducción Humana, presidido por M.F. Fathalla, M.D., de Egipto, fue encargado por la Junta de Gobierno de la FIGO, respondiendo a una petición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de establecer una definición precisa del término gestación. El Comité acordó la siguiente postura: 

“La gestación empieza con la implantación del huevo fecundado. Siguiendo las definiciones citadas de concepción y gestación, un abortifaciente es aquello que actúa interrumpiendo la gestación, lo cual sólo ocurre después de la implantación”.

Como vemos, el padre ha desaparecido del terreno de la transmisión de la vida humana: no existe ya como agente biológico y moral en la procreación de un nuevo ser humano. Observamos que algo fundamental se nos ha escamoteado: los decisivos primeros días de la existencia flotante pero increíblemente activa del embrión preimplantado. 

… La causa está lista para sentencia. Los argumentos, plagados de peticiones de principio y hábilmente manipulados, permiten concluir a Tatum y Connell: “Es de esperar que estas definiciones oficiales y los datos científicos nuevos proporcionen un fundamento realista y científico para entender con mayor lucidez el mecanismo de acción de los DIUs entre el público, los teólogos, los políticos y los trabajadores de la salud en general”.

Nada se dice sobre lo que pasa al embrión entre la fecundación y la anidación, ni de su entidad biológica ni de su rango ético durante esos días tan importantes. Los expertos, las autoridades oficiales han decidido ignorar su existencia. Es inquietante la ingenua franqueza con que por decreto se reduce a la nada al embrión preimplantado. La ciencia oficial prescinde de él, lo desconoce: es un no-existente.

Pero lo igualmente grave es que la argumentación de Tatum y Connell, que representa de modo típico la posición de la 'ciencia oficial', consigue poner una única e idéntica etiqueta moral de inocencia a la contracepción anovulatoria, a la interceptiva y al aborto precoz, mediante un juego de palabras y de redefiniciones que permite ignorar la significación ontológica y moral del embrión preimplantado. Esta tergiversadora falsificación de conceptos es la piedra angular del control de los nacimientos del futuro.

Con el apoyo de la ciencia organizada, pasa a ser doctrina oficial que el decisivo tiempo biológico que transcurre entre la fecundación y la anidación carece de interés para la embriología clínica, para la fisiología o la farmacología de la reproducción, y, como era de esperar, también para la ética.” Gonzalo Herranz, conferencia “La píldora RU-486 y otros abortivos: ¿El control natal del futuro?”, en el Congreso Internacional por la Vida y la Familia. Santiago de Chile, 20 de agosto de 1994.


miércoles, 1 de junio de 2022

El derecho a portar armas puede acabar en “sacrificio de niños”, ¿y el aborto no?

… “Si todas las armas en Estados Unidos fueran confiscadas mañana, la matanza masiva endémica del aborto permanecería, incluso contando con que muchos de los dolientes de la matanza reciente de Uvalde consiguieran que se ilegalizara la libre compra de armas.

Por supuesto, hablemos de las leyes de armas. Pero no nos engañemos pensando que un ajuste tecnocrático puede aliviar el malestar moral de Estados Unidos, y nunca volvamos a hablar de sacrificio de niños hasta que hagamos que los úteros sean más seguros que una escuela de Texas”

Por Kurt Mahlburg, en Mercatornet, 31 de mayo de 2022 (Resumen)