viernes, 3 de noviembre de 2017

El enfermo terminal

                                                                    Consideraciones para la reflexión:

1) Cuando se judicializa la relación médico-paciente se rompe toda la actuación médica. Salta hecha añicos y se pierde el control con el enfermo, a favor de otros condicionantes de tipo jurídico que no benefician y dificultan, con sentencias, los condicionantes de la enfermedad, siempre nuevos, que suponen cambios en la evolución del paciente.

2) Cuando se habla de "muerte digna" no se percibe muy bien el significado de la expresión. No hay una muerte digna, por la sencilla razón que la muerte no es digna nunca, igual que no hay un "hambre digna"... Lo único realmente digno es la persona.

3) Los argumentos en pro de la eutanasia sucumben cuando se ofrece a los pacientes terminales la especialidad médica que corresponde: la Medicina Paliativa. Esa especialidad es el instrumento médico, de gran riqueza de contenido profesional, en favor del enfermo desahuciado, para dar la medicación necesaria y evitar todo la superflua.

En ese sentido, se expresa el Prof. Gonzalo Herranz, con los siguientes terminos:

Sólo se puede hablar de verdadera libertad de elección cuando la medicina paliativa es practicada con competencia y ofrecida como alternativa humanizante a todos los que la necesitan.

"Lo específico de médicos y enfermeras es ayudar, con su conocimiento y habilidades, a los enfermos y débiles, a seres humanos que viven la crisis de estar perdiendo su vigor físico, sus facultades mentales, su vida. El respeto por la dignidad del hombre, toma en Medicina, una forma peculiar y específica: el respeto a la vida debilitada. En la Medicina paliativa, el respeto a la vida está condicionado de forma casi constante por la presencia de la vulnerabilidad esencial, por la fragilidad extrema del hombre, por el reconocimiento de lo inevitable y próximo de la muerte. El respeto ético de médicos y enfermeras que administran cuidados paliativos es respeto a la vida declinante; su trabajo consiste en cuidar de gentes en el grado extremo de debilidad.

Cuando al enfermo se le considera a esta luz, como algo a la vez digno y miserable, podemos reconocer su condición a la vez inviolable y necesitada. Este es el fundamento ético de la atención terminal que se debe a todo paciente, la justificación moral de los cuidados paliativos."