En la publicación “Embrión Ficticio” (Ed Palabra) el Prof Herranz indica que "la idea de prembrión fue construida por científicos que usaron su ciencia para cambiar la moralidad social”. En el libro se prueba, con sólidos argumentos científicos, que el prembrión no existe y que las consecuencias de asumir este concepto son muy graves desde un punto de vista humano: la utilización o eliminación de personas en estadio embrionario.
Habla el Prof Herranz:
“Los científicos que crearon ese término lo hicieron con el propósito de que el público aceptara la idea de que, durante las dos semanas que siguen a la fecundación, la entidad biológica que se desarrolla no es propiamente un ser humano, o, al menos, que no lo es "con todas las de la ley". Dijeron que el preembrión era un mero complejo celular al que no se podía, ni biológica ni ontológicamente, considerar o tratar como a uno de nosotros. Añadían que solo más tarde, pasados ya esos 14 días, el preembrión hecho ya embrión, se hacía digno del respeto que se debe a los seres humanos.
Con el preembrión ocurre una cosa curiosa, pero inquietante: el concepto está fuerte, sigue vigente en casi todas partes; pero el término preembrión apenas se usa ya: es una palabra "tabú", que sonroja: ya no aparece en la bibliografía científica, y muy poco en la literatura bioética. Eso viene a indicar que no es "agua clara".
Las consecuencias son muy serias y muy reales. La principal es mantener la idea de que el preembrión no exige de nosotros ser tratado como un ser humano de pleno derecho, pues, aunque no sea una cosa o un animal no humano, no es todavía una persona, ni tiene derechos comparables a los de un adulto o un niño.
Puede, en consecuencia, el preembrión ser usado en beneficio de otro, puede ser destruido si la conveniencia superior de un tercero así lo reclama. Ese uso y esa destrucción ocurren habitualmente en la práctica de la reproducción asistida (FIV), en los experimentos para obtener células troncales embrionarias, o cuando se usan ciertos métodos contraceptivos que impiden la nidación. Quien acepta la idea de preembrión considera que esas acciones son tolerables. Abrigo la esperanza de que la lectura de mi libro ayude a muchos a reexaminar sus ideas biológicas y morales sobre el embrión humano joven.
Ya dije antes que ese concepto sigue vivo, y muy activo. Muchos investigadores y prácticamente todos los periodistas científicos creen con fe muy firme en la idea de preembrión: defienden la fecundación in vitro, la investigación con células troncales embrionarias, los contraceptivos que impiden la implantación. Y eso mismo creen muchos de los que leen las secciones de ciencia de los periódicos o de la tele. La mujer y el hombre de la calle han sido educados por los medios en la noción de que los embriones jóvenes carecen de valor moral, que destruirlos no es destruir un ser humano viviente, que no hay problema moral cuando se los sacrifica para obtener ciertos beneficios.” Entrevista al Prof Gonzalo Herranz. Mundo Cristiano. A fondo. Noviembre 2013