miércoles, 20 de octubre de 2021

El embrión deshumanizado (y II)

Seguimos con la entrevista al Prof Herranz, en la que ofrece "tratamiento" frente a la "enfermedad" de la falsedad científica, seducida y acomodaticia, por orientación a intereses particulares, y que se está demostrando actualmente tan corrosiva para la sociedad. El tratamiento que propone es: “…Para aceptar que esos argumentos son falaces se necesita una gran apertura de mente, algo de estudio, y mucha generosidad moral”

Continuando con la entrevista: 

P/ Una de las tesis que señala en el libro es que la Bioética ha sido blanda porque se apoyaba en una Biología blanda también. ¿Acaso la ciencia no es siempre sólida y verdadera?

R/ “Creo que en el libro (`El Embrión Ficticio´) demuestro lo débil, parcial y acomodaticia que ha sido la embriología de que se han servido los comités, los parlamentos y los académicos para montar la bioética de la contracepción y de la fecundación in vitro. La ciencia aspira a ser sólida y verdadera o, al menos, basada en pruebas. Eso es el ideal al que siempre se ha de aspirar. Pero la ciencia de andar por casa se presta a amaños: a escoger lo que más conviene para conseguir un fin determinado. En bioética, los científicos actuaron como oráculos; y los no-científicos creyeron a ciegas en lo que aquellos les decían.”

P/ Habla de una necesaria reformulación de la Bioética. ¿Qué espera que su obra aporte en esta dirección?

R/ “La bioética ha sido muy poco crítica con la ciencia de la que se ha servido. Me gustaría que mi libro indujera a muchos a tomar mucho más en serio la Biología de la Bioética.”

P/ La interdisciplinariedad se suele entender como fortaleza en el estudio de los problemas. ¿Por qué usted la señala como debilidad de la bioética?

R/ “Me parece que la interdisciplinariedad no ha funcionado a su nivel más profundo: en la validación sincera de los datos intercambiados entre las distintas disciplinas. Ha habido mucha tolerancia, por no decir blandura, para ideas y datos que apoyaban los prejuicios cientificistas y las ideologías de política social. Creo que será muy interesante estudiar las actas de los grandes comités nacionales de bioética, para medir el nivel de connivencia que se dio entre sus miembros y, especialmente, la falta de oposición interna, de pluralidad de visiones: muchos de esos comités eran, y siguen siendo, ideológicamente `monocolor´”.

P/ ¿Qué le diría a una mujer que aborta, a un científico que investiga con embriones humanos o a una pareja que va a recurrir a la fecundación in vitro?

R/ “Hay que hablarles con mucha comprensión y paciencia, porque esas personas están en situaciones muy poco propicias al debate sereno. Su conciencia subjetiva está ya fraguada. Se han autoconvencido de que están haciendo algo muy bueno y que mucha gente buena piensa así. Es muy difícil devolverles a la realidad, invitarles a que formen su conciencia rectamente, a que revisen los argumentos con que justifican sus acciones. Para aceptar que esos argumentos son falaces se necesita una gran apertura de mente, algo de estudio, y mucha generosidad moral.”

P/¿Por qué es el zigoto un ser humano?

R/ “Lo es porque el zigoto humano, antes que nada, es ya un hijo, en el que unen dos progenies, dos familias humanas. Al reunir los genomas del padre y de la madre, se hace capaz de adquirir y expresar determinados caracteres hereditarios que justo le entroncan biológicamente con un pasado humano, con unas familias, y que determinan en buena medida su futuro, humano también. Además, la fecundación no solo confiere al zigoto una herencia genética, y un dinamismo para que inicie el desarrollo, sino que lo inserta en un ambiente del que recibe estímulos epigenéticos que le obligan a reaccionar, a adaptarse a situaciones nuevas, a desplegar muchas posibilidades. Y, en el embrión humano, todo esto –genoma, dinamismo de desarrollo, estímulos epigenéticos– es siempre específicamente humano…” Entrevista al Prof Gonzalo Herranz, ACEPRENSA, Sole Maldonado Ayuso, 2013.


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