domingo, 20 de diciembre de 2020

EL FINAL DE LA VIDA (I)


   En este apartado el Prof Herranz aporta argumentos de cuáles pueden ser las líneas directrices que se deben tener en cuenta a la hora de afrontar el final de la vida y la consiguiente ayuda médica que la enfermedad requiere en esos momentos. Ciertamente, se coloca fuera del campo de la ética todo lo que no sea la asistencia médica comprometida hasta el final de la existencia, con el deber de acompañar con solicitud profesional y esmerada atención paliativa al enfermo terminal. 

1) Así se expresa el profesor Herranz, a la hora de afrontar un aspecto importante del dolor: 
   
    “El dolor no sólo es físico... Todos sabemos que el dolor no solamente es dolor físico, sino que de ordinario tiene un eco mental y emocional muy fuerte. El dolor físico no es sólo "algia", sino también sufrimiento. Los psicofármacos y, hasta cierto punto, la psicoterapia pueden reducir el dolor, pero generalmente resultan insuficientes. A veces, el sufrimiento responde, porque es como un eco de humanidad en el que sufre, cuando se ponen remedios humanos, que consisten fundamentalmente en el consuelo y en el acompañamiento. Y esto en Medicina, sobre todo en la Medicina actual, no es fácil. Muchos médicos no han sido educados en ese aspecto, no sabe aplicarse él como fármaco.
 
   Hay pacientes que llevan su sufrimiento con entereza y calladamente; otros que lo expresan de modo muy retórico y dramático, espectacular, hasta el punto de que hacen dudar de que lo que les pasa es algo auténtico. El médico ha de saber evaluar qué es y cuánto es el eco emocional del dolor, conocer los modos en que sus pacientes traducen el dolor en sufrimiento emocional y moral, porque de eso depende en gran medida la conducta que el médico ha de seguir. 

   …(hay) un principio ético básico: que el médico ha de entender al paciente, ha de entenderse con él, oírle y hacerle caso. Si esto se comprendiera y se practicara desaparecería de la relación clínica mucho antagonismo, y disminuirían en número e intensidad los problemas que terminan en los tribunales. Además, se reduciría al silencio el argumento de los movimientos pro-eutanasia fundado en lo insuficiente de los tratamientos médicos. 

2)   En referencia a la actuación asistencial, en las vertientes clásicas de “curar algunas veces”, “aliviar muchas” y “consolar siempre” los argumentos del Prof Herranz indican: 
   
    “Años atrás se afirmaba que las funciones del médico eran curar, aliviar y consolar. Hoy parece que los médicos no tienen tiempo para esta tercera función, y la delegan en los familiares y cuidadores.
 
   El médico no puede decir "el sufrimiento no es cosa mía, es de la familia, es del sacerdote, es de los voluntarios, es de los médicos paliativos". Por desgracia, los médicos no son preparados en los hospitales universitarios para acompañar en el sufrimiento. Pero siempre he sostenido que el acompañamiento al moribundo es parte del oficio del médico, una importante función deontológica. En el Código de la profesión médica alemana hay un capítulo que lleva el significativo título de Sterbebegleitung, acompañamiento a morir. 

   Los modos de consolar, las habilidades de comprender y ayudar al paciente son temas que no están en el plan de estudios de la carrera de Medicina. Lamentablemente, no se evalúan en el curriculum profesional de los médicos. Se atribuye mérito a las publicaciones, pero la capacidad de consolar no se mide en ninguna parte, no ayuda a ascender en la carrera. Ese es un punto oscuro en la Medicina de hoy. Es cierto que se ha avanzado mucho en vencer el dolor como síntoma físico (ya no hay dolor post-operatorio agudo, no hay molestias dolorosas ligadas a las intervenciones ambulatorias, se maneja bastante bien la escala de los analgésicos), pero nos falta todavía un avance serio en comprender y tratar el sufrimiento.” 
En “El Corazón de la Medicina” (libro homenaje), 2013, pag. 123-140

No hay comentarios:

Publicar un comentario