jueves, 19 de noviembre de 2020

ERROR Y NEGLIGENCIA MÉDICA. ASPECTOS ÉTICOS (II)

Ventaja del error en medicina 

Ver las precisiones realizadas en el apartado (I) respecto a la fuente de que es tomada este nuevo apartado (II) (Ref. Prof Gonzalo Herranz, en "Desde el corazón de la Medicina" (libro homenaje), 2013, pag 220-228)

   "Es necesario revisar la antigua y equivocada idea de que debemos evitarlos (los errores): esa idea nos ha llevado a la hipocresía. Y sin embargo, hemos de evitar los errores. Es cosa muy difícil, en la que ningún ser humano puede tener éxito total; incluso los más grandes creadores de la ciencia, llevados por su intuición, caen muy frecuentemente en el error. Esta idea debería empapar el ánimo de todos, médicos y pacientes, para no vivir en un mundo de fantasía.

   Sólo con humildad ética es posible aceptar el desafío de vivir en el reconocimiento lúcido de nuestras propias limitaciones y carencias. Y sólo la humildad intelectual nos da los medios para tratar de reconocerlas y superarlas.

   Sigue habiendo, entre los médicos, de cualquier edad e ideología, una resistencia muy extendida a comunicar sus errores a los pacientes. Una actitud que forma parte de la empobrecedora mentalidad defensiva, contraria, como dice nuestro Código, a la ética médica. Es necesario abrirse a la llamada nueva cultura del error médico, que sustituye la vieja conducta de la ocultación, el reproche y el castigo por la conducta nueva de la confesión, el diagnóstico, el tratamiento y la prevención del error, que ha de enraizarse tanto a nivel personal como institucional.

   No se puede ocultar que hay ahí un choque cultural… que exige un cambio profundo de actitudes. No parece exagerado decir que ahí está en juego la humanidad de la medicina, el sentido de la radical igualdad humana. El impulso para el cambio no está en el miedo (al error), sino en el reconocimiento de la humanidad del paciente.

   El propósito del nuevo ethos (sobre el error) es educativo y práctico: ayudar a todos a mejorar no incurriendo en errores ya detectados; no castigar a los que yerran, sino beneficiar a todos con la lección que su error ha hecho aprender. Se podrá así crear un ambiente de confianza, en que la necesaria función crítica nunca es personal y peyorativa, sino que brota del respeto mutuo y del deseo de mejorar la suerte de los pacientes.

   Si llega a consolidarse, la nueva cultura operaría en los pacientes una ganancia de humanidad: saber que los médicos son humanos, pueden estar cansados, sufren crisis como los demás mortales, pueden equivocarse, que la medicina no es el hada madrina de la que hablan los periodistas. 

   Alguien ha sugerido que, en la nueva cultura, la profesión médica deberá cambiar el silencio sobre el fallo médico, para ponerse a hablar con realismo y circunspección de él: la mayoría de edad de los pacientes exigiría que los médicos les hablaran, en la negociación del consentimiento para los actos médicos, de la posibilidad de que se produzcan errores involuntarios.

   Si el nuevo ethos (del error) prendiera, veríamos que además de reconocer los errores ya cometidos, buscaríamos los puntos flacos del sistema que favorecen la comisión de errores para repararlos lo antes posible. Los pacientes son una fuente viva, inagotable, de revelación de errores, si conseguimos ganarlos para el nuevo ethos. 

   Escuchar al paciente es, además de muestra de civilidad, un signo de respeto a su humanidad. Los pacientes pueden ayudar a evitar errores, especialmente los inminentes, que son los más difíciles de prevenir… Un protagonismo así (por parte de los pacientes para alertar a su vez de imprevisiones…etc) no puede ofender, sino reforzar el carácter amistoso de la relación médico-paciente. Tratar a los pacientes con el respeto ético debido a seres inteligentes y personales puede prevenir muchos errores."

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