Se puede leer en el documentado artículo “La brecha de optimismo entre los jóvenes”, 1.XII.2021, en El Sónar:
"La brecha de optimismo entre los jóvenes de países ricos y de menos ingresos puede explicarse por ciertas tendencias. Los jóvenes de regiones de ingresos medios y bajos ven el futuro con más optimismo porque experimentan que están mejorando respecto a sus padres en materias básicas como salud, educación, seguridad. Los hábitos informativos hacen que nos fijemos más en los momentos dramáticos (guerras, hambrunas, catástrofes) que en las mejoras graduales y constantes, que no son noticia pero que van transformando el mundo.
En cambio, en los países más desarrollados hay cada vez más miedo frente a potenciales amenazas y más desconfianza en la capacidad para superarlas. Si en épocas pasadas se confiaba sin reservas en el progreso, ahora el futuro tiende a verse como un territorio peligroso e incierto, que escapa al control humano. Jóvenes y mayores se fijan más en lo que pueden perder que en lo que pueden ganar. De ahí que la aversión al riesgo y la búsqueda de la seguridad se hayan convertido en tendencias dominantes en los países ricos.
Desde la infancia, los jóvenes de los países ricos han sido socializados conforme a esta cultura del miedo. La hiperprotección impulsa a ser esclavos de su seguridad más que aprender a manejar los riesgos. Y con esta perspectiva es fácil ver el futuro bajo una lente pesimista. En cambio, en los países donde hay menos seguridad material la vida diaria obliga a los jóvenes a afrontar riesgos y a manejar experiencias difíciles, que les robustecen para retos futuros."
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