viernes, 1 de agosto de 2025

Contra la eutanasia y el suicidio asistido (XVI)

El médico que promueve la solución de los problemas del paciente con la eutanasia ve al enfermo como un instrumento con grados de utilidad. De hecho, la eutanasia, al no precisar título ninguno, la puede ejercer cualquiera que se preste. 

Cuestión: La eutanasia no es el fracaso de la Medicina, sino el fracaso de la sociedad. Qué mal tiene que estar la sociedad para que un miembro de ésta no quiera vivir más en ella. Como señala Benedicto XVI en la Encíclica Spe salvi, una humanidad que no logra aceptar a los que sufren y no es capaz de contribuir mediante la compasión, es una sociedad cruel e inhumana. La razón de fondo de la eutanasia, pienso, radica en la concepción antropológica que se posea: si se pierde el sentido trascendente de la persona humana ya no se es capaz de reconocer el valor inviolable de su vida, y se llega, por tanto, a proponer -con cualquier excusa- su eliminación como un bien. 

Respuesta del Prof Gonzalo Herranz: “Creo que es el fracaso de las dos: de la sociedad y de la Medicina. Como fenómeno social, la eutanasia es enormemente compleja. La sensibilidad social depende de la cultura, de cómo se haya educado en la tolerancia al sufrimiento. Pero por mucho que digan los periódicos y los legisladores, en último término, al menos de momento, la eutanasia es un fenómeno médico, está ligado inevitablemente a la Medicina. 

Se ha escrito algo sobre la criptotanasia, la eutanasia subterránea, la practicada por aficionados. Pero, por fortuna, el asunto, después de dar origen a una literatura negra, repugnante, de casos terribles, parece haber desaparecido. De momento, la práctica de la eutanasia, su indicación y ejecución, se tiene como cuestión exclusivamente médica. El rechazo, o la cooperación, del médico siguen siendo esenciales, tanto para que la eutanasia continúe como condenable y contraria a la ética de la Medicina, o instalarse en la sociedad como solución a un número creciente de problemas”. Al servicio del enfermo. Conversaciones con el Dr. Gonzalo Herranz. José María Pardo. Ed EUNSA, 2015, 143-144.

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