domingo, 8 de agosto de 2021

Es urgente vacunarse contra la eutanasia (cuarta parte)


Siguiendo al Prof Gonzalo Herranz respecto a la táctica que ha empleado y emplea el activismo pro eutanasia, no es difícil comprobar los medios que utilizan para alcanzar su notoriedad y su pretensión de eficacia. El Prof Herranz los describe con clara precisión. Parece importante tomar nota para estar prevenidos y vacunados frente a esta infección pandémica de la medicina y de la sociedad:  

Así se expresa el Prof Herranz: "La metamorfosis de los mensajes. Cuando, por los años 20 del pasado siglo, nacieron las sociedades para la eutanasia voluntaria, estas se presentaron como abogadas de la muerte compasiva: la eutanasia era un recurso final y extraordinario para acabar con el sufrimiento atroz, extenuante, de enfermos terminales a los que el médico no podía aliviar. Más tarde, por los años 60, con el advenimiento de las tecnologías de apoyo vital, se revindicó el derecho a rechazar tratamientos, invocando el temor de ser víctimas del ensañamiento médico y asistir impotentes a la prolongación, dolorosa e inútil, de una vida precaria y sin salida. Un poco tarde y lentamente fueron comprendiendo los médicos lo aberrante de la medicina encarnizada y falsamente heroica, y la necesidad de crear la medicina paliativa. Cuando lo lograron, dejaron prácticamente sin contenido la justificación compasiva de la eutanasia. Los promotores de ésta hubieron de cambiar entonces el título de sus aspiraciones y de sus movimientos.

Pasaron entonces a hablar del derecho a morir con dignidad, un derecho que asiste a ciertos seres humanos muy desgraciados, que ya no quieren seguir viviendo porque consideran que su existencia está degradada, no por el sufrimiento, sino por la decrepitud biológica, la invalidez dependiente, la demencia insensible, la soledad sin consuelo. No se trata ya de librarse del dolor, sino de acabar una vida que se juzga indigna. En el fondo de la nueva demanda late la idea de que el hombre es señor absoluto de su vida y dueño de su propia muerte, árbitro inapelable de la calidad de su propia existencia, dotado del derecho a decidir autónomamente el momento, lugar y modo de ponerle fin.

Esa es la imagen de eutanasia que en los últimos años ha dominado las publicaciones de las asociaciones en favor de la eutanasia y en sus páginas de internet. Una imagen que refleja algunos rasgos de nuestra sociedad hedonista actual, hecha en buena parte de individuos obsesionados por la eficacia, que desean ser significativos y autónomos, que han perdido la fe en Dios, y para quienes la muerte, reducida a mero desplome biológico, ha dejado de ser misterio. La vida inútil, la vejez avanzada o la enfermedad incapacitante se convierten en cargas de las que sólo la eutanasia puede librar." Gonzalo Herranz "La metamorfosis del activismo pro eutanasia" Persona y Bioética, 2014, 22-23, pag 16-21.

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